Un día como hoy, pero de hace 23 años, fue mi último día en Lacsa (línea aérea ahora conocida como Avianca).

Antes de dedicarme a vender joyería, trabajaba en el aeropuerto con un jefe que me odiaba.

Tenía un sentimiento que por más que hiciera bien mi trabajo nunca iba a crecer, entonces decidí vender joyería de plata que mi mamá vendía estilo “polaco” a pagos.

Una de las cosas más importantes que aprendí fue vencer el principal obstáculo que se tiene al emprender: MIEDO. 

El miedo siempre ha estado presente, pero algo que sabía era que, si dedicaba a mis proyectos el mismo tiempo y pasión que estaba dedicando a mi trabajo actual, no tendría por qué salir mal.

​Sé que el concepto de “empezar de cero” nos aterroriza.

¿Cómo lo sé? Solo piensa en cuántas personas prefieren la infelicidad a la incertidumbre.

Tres años después me casé con Meli y fue cuando el negocio se disparó porque Meli es la que escoge la joyería, la que hace los pedidos, la que arregla y guarda la joyería, la que toma fotos y lo más importante, que me cuida.

En realidad, nuestra joyería se debería llamar meli.com, pero le puse mi nombre porque un cliente me dijo 🤦🏻‍♂️.

Lo que quiero decirte es que si yo, un hombre de 48 años, puede vender joyería con solo fotos desde un celular, ¿por qué usted no?

Nosotros te damos las fotos, vídeos, catálogos, buenos precios, joyería linda y asesoramiento para que vendas con tu celular.

Hace 23 años eso no era posible, yo tenía que ir físicamente a ofrecer la joyería a mis clientes, ahora enviamos pedidos todos los días con correos de Costa Rica a todo el territorio nacional.